martes, 17 de marzo de 2009


Olivia, Olivia, hace cinco años que te conozco y me enojé con vos al menos dos veces por cada mes, siempre me enojé para siempre y después volví, me enojé porque no querés bajo ninguna circunstancia ser mía.Ahora si que vas a correr.Por un tiempo vas a dejar de pensar en Horacio, solo en montañas vas a pensar. Vas a sacar un pasaje a Buenos Aires, dos semanas después del Martes, otro Martes va a ser y no vas a llorar. En el viaje van a pasar una comedia romántica que no vas a ver, solo vas a abrir los ojos cuando el colectivo, que va a ser verde y blanco, frene repentinamente, y la pantalla del televisor te va a mostrar, sólo a vos, una escena, sólo una escena de una pelicula cualquiera, donde una chica con los ojos grades y marrones mira adentro de un pozo, vas a sentir que se te oprime el pecho y vas a mirar por la ventanilla, no va a haber luna.“Oh, Lucio, no niego que sea un buen suicidio imaginario.Te deseo éxitos en tu empresa, lamento no poder cumplir tu voluntad, pero te has atado tú solo, tu sólo saltarás.Olivia no siente culpas. Olivia no es de atar.”Pero vas a venir igual. Va a ser un día con nubes, a las tres de la tarde, de un mes impar. Olivia, mala y egoista Olivia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario